El Entrenamiento y el Bienestar en Animales Salvajes en Cautividad
Actualmente es patente la preocupación de la sociedad y de la opinión pública acerca del bienestar que tenemos la obligación de proveer a los animales salvajes que mantenemos en cautividad. Dentro de este marco se suscita habitualmente cierta controversia sobre si determinadas prácticas como el entrenamiento mediante refuerzo positivo o la interacción con el ser humano es beneficiosa o no para estos animales. El entrenamiento se emplea habitualmente en los zoológicos y otras instituciones que mantienen animales en cautividad para multiples fines que pretenden mejorar la vida diaria de los animales. Desde para que colaboren voluntariamente en procedimientos de manejo y de atención veterinaria, disminuyendo el estrés ante dichas situaciones y evitando el uso de anestesia o de inmovilizaciones físicas que pueden ser peligrosas para ellos; hasta para aprovechar mejor los programas de enriquecimiento ambiental enseñando a los animales a usar los distintos dispositivos de enriquecimiento. Sin embargo es necesaria una evaluación sistematizada y la obtención de datos científicos que nos ayuden a determinar el impacto del entrenamiento en la vida y el bienestar de los animales salvajes en cautividad. Así queremos reseñar unos de los trabajos fin de máster presentados en la segunda edición del Máster en Intervención Asistida con Animales y Etología Aplicada en el que, en colaboración con Fauna y Acción, se ha evaluado el efecto del entrenamiento sobre el bienestar animal en un ejemplar de mono capuchino en cautividad.
El trabajo consistió en el estudio del efecto del entrenamiento mediante refuerzo positivo sobre el bienestar de Tico, un ejemplar de mono capuchino. Para ello se registró el comportamiento de este capuchino en diferentes contextos: su comportamiento normal sin que se hubiera cambiado ninguno de los procedimientos habituales en su cuidado y manejo diarios (línea base: 1 semana de duración), durante el entrenamiento (intervención: 2 semanas de duración) y finalmente tras dejar de entrenar y volver a sus rutinas previas (post-intervención: 1 semana de duración).
Se entrenaron conductas sencillas, que pudieran ser el inicio para el desarrollo de conductas que mejoraran el manejo y la atención veterinaria. Así se entren: el ir a una posición indicada, el dar las manos y dejárselas tocar y el sentarse mostrando la zona ventral. Como refuerzo positivo se emplearon sus alimentos preferidos de su ración de comida diaria. El entrenamiento se realizó desde el exterior de la instalación de este capuchino y su participación en el mismo fue totalmente voluntaria, ya que al encontrarse en entrenador en el exterior de la instalación era sencillo para Tico alejarse de la zona de entrenamiento si en alguno momento no deseaba participar en la sesión. En este sentido, uno de los parámetros evaluados en este trabajo fue el tiempo que el animal estaba entrenando y se encontró que fue aumentando durante los días de entrenamiento indicando que el animal lo aceptaba de forma positiva, participando cada día en el entrenamiento durante más tiempo.
Para evaluar efectos en el bienestar es importante tener en cuenta no solamente la reducción de indicadores negativos sino el aumento de indicadores positivos. Como indicadores positivos se tomaron conductas típicas de esta especie como son la búsqueda de pequeños trozos de comida en la instalación (habitual en capuchinos en cautividad), la caza de insectos, el uso del enriquecimiento motriz de su instalación (son animales muy activos en la naturaleza) y el uso de objetos (los capuchinos presentas altas capacidades manipulativas). El entrenamiento produjo un gran aumento de estás conductas y este efecto además se mantuvo tras dejar de entrenar (fase post-intervención). Además este animal exhibía ciertos comportamientos que podríamos considerar alterados con respecto al repertorio de estos animales en libertad. Estas conductas también se vieron reducidas con el entrenamiento y continuaron decreciendo tras la retirada del mismo. Estos datos indican que el entrenamiento produjo un aumento notable en el bienestar de este capuchino.
Este trabajo es novedoso ya que no se habían encontrado datos previos en la literatura científica sobre el efecto del entrenamiento en capuchinos. Además concuerda con otros estudios publicados en otros primates (titíes, chimpancés, macacos y gorila) en los que se describió que las interacciones con humanos que incluyen juego, caricias, entrega de comida, etc. y el entrenamiento mediante refuerzo positivo eran beneficiosospromoviendo la reducción de conductas no deseadas y aumentando comportamientos especie-específicos y afiliativos.
Estos estudios indican que el entrenamiento puede ser una gran herramienta para la mejora del bienestar animal, ya que no solamente es beneficioso por las conductas entrenadas en sí mismas sino que produce otros efectos positivos sobre los cuales actualmente ya existe una evidencia constatada en distintos trabajos científicos. Así hay autores con consideran que el entrenamiento puede tener beneficios similares a los del enriquecimiento ambiental. Por todo ello programas multidisplinares que combinen enriquecimiento, entrenamiento e interacción deberían ser desarrollados y evaluados ya que podrían tener una gran potencial para mejorar la vida de los animales salvajes en cautividad.
Autor: Elena Andrada
Tutor: Tamara G. Cid
Gracias a todos los que han participado, al apoyo del Máster en Etología Aplicada de la UAM y a Fauna y Acción.
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